El Día Europeo Sin Coches se celebra en el marco de la Semana Europea de la Movilidad, que la que más de 2000 ciudades organizan diferentes actos e iniciativas que tratan de impulsar la movilidad sostenible como forma de mejorar la calidad del aire y la vida en el entorno urbano.
Se supone que el ayuntamiento debe promover iniciativas y darles difusión para que los ciudadanos se planteen una forma diferente de movilidad, pero la realidad es tozuda, y cada año en este día se dan grandes atascos en Madrid. Confluyen en esta fecha otros factores, como el final del verano, el regreso de los niños a colegios e institutos, el comienzo del frío (que anima a algunos a usar más el coche, etc…
Aprovechando la «celebración», decidí grabar mi recorrido de ida y vuelta por la calle Arturo Soria durante la tarde del 22 de Septiembre. Este fue el resultado de mi experiencia:
La calle estaba completamente colapsada y ni siquiera los servicios públicos (autobuses y taxis) podían moverse libremente. El Día Europeo Sin Coches se convirtió en el Gran Día del Atasco. Creo que la conclusión es evidente: es urgente realizar una actuación sobre la ciudad de Madrid, hay que restringir el uso del coche y educar a los ciudadanos para que utilicen otros modos de transporte.
En el caso concreto de la calle Arturo Soria, es importante evitar que siga siendo una autopista urbana satélite de la M-30, sufriendo los mismos atascos que ésta. Hay que priorizar el desplazamiento sostenible y la movilidad de los servicios públicos, y eso necesariamente pasa por un rediseño y redistribución del espacio. Esta es una de las pocas calles importantes de Madrid que no cuentan con carril Bus.
Muchos conductores creen que para reducir los atascos hay que construir avenidas más anchas y con más carriles, pero la realidad demuestra que esa no es la solución. Hacer más carriles para los coches sólo convierte a las grandes avenidas en gigantescos embudos, que no ayudan a hacer más fácil la movilidad de la mayoría.
Pero ya no se trata sólo de movilidad, sino también de salud. Está demostrado que la combustión de los vehículos (especialmente los diésel, que abundan en Madrid) es la principal causa de contaminación en las ciudades. Y la contaminación produce enfermedades, y a la larga, muertes.
Ante este panorama, el Día Europeo Sin Coches viene a ser una iniciativa carente de todo sentido, percibida por los ciudadanos como una ridícula muestra de hipocresía, una más a las que nos tiene acostumbrados esta sociedad. Al menos, así será mientras los ayuntamientos no se tomen en serio el futuro de las ciudades.
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