En Mayo de 2012 llevé a cabo un pequeño proyecto personal que había estado pensando hacer desde varios años antes. Consistía en participar en la prueba cicloturista intenacional «Lagos de Covandoga» y regresar hasta Madrid en bicicleta al día siguiente. Por entonces se trataba de la ruta más larga que iba a hacer en mi vida, completando 600 kilómetros en 3 días. En paralelo, pretendía recaudar fondos para la Fundación Isabel Gemio en su lucha contra las Distrofias Musculares y otras Enfermedades Raras.
DETALLE DE LAS ETAPAS
Día 1: Sábado 19 de Mayo. Participación en la Clásica Cicloturista Internacional «Lagos de Covadonga», con un recorrido de 133 kms y 2210 metros de desnivel.
Ruta detallada (día 1): http://bikeroutetoaster.com/Course.aspx?course=372493
Día 2: Domingo 20 de Mayo. Etapa en solitario de 210 kms y 2200 metros de desnivel entre Cangas de Onís y Torquemada, entrando en la meseta castellana a través del puerto del Pontón.
Ruta detallada (día 2): http://bikeroutetoaster.com/Course.aspx?course=219210Día 3: Lunes 21 de Mayo. Etapa de 247 kilómetros con 3075 metros de desnivel, entre Torquemada y Madrid, atravesando la sierra de Guadarrama por los puertos de Navafría y Canencia sucesivamente.
Ruta detallada (día 3): http://bikeroutetoaster.com/Course.aspx?course=219211
PRIMERA ETAPA: MARCHA CICLOTURISTA «LAGOS DE COVADONGA»
La climatología no nos dio tregua. Empezó a llover la noche anterior, y estuvo lloviendo prácticamente todo el tiempo hasta que acabó la ruta.
Ir metido en pelotones, concentrados para evitar los frenazos, especialmente en un día lluvioso como el sábado, te lleva a no fijarte en demasiadas cosas, más que el propio discurrir del pedaleo. Después subí bastante tranquilo los puertos de la Tornería (donde me relajé y grabé algunas tomas panorámicas con mi cámara de vídeo) y la Rebollada, hasta el punto de sentirme excesivamente fresco en el descenso de este último y en los falsos llanos camino de Soto de Cangas. Seguía lloviendo y tenía frío, así que me lo quité acelerando bastante en el llano. Llevé al grupo en persecución de los pelotones que se veían a lo lejos, y al final nos reunimos un buen número de ciclistas antes de girar en dirección a Covadonga.
La organización, como siempre, excepcional. En las bajadas los voluntarios se volcaron especialmente en señalizar y avisarnos en cada una de las curvas que, con el piso mojado, en ocasiones se volvían muy peligrosas. Y los avituallamientos, muy bien organizados y aprovisionados. No faltaba de nada.
SEGUNDA Y TERCERA ETAPAS: REGRESO A MADRID
Una vez completada la prueba, al día siguiente partí del pueblo de Las Rozas, muy cerca de Cangas, para regresar a Madrid a través del puerto del Pontón, atravesando las provincias de León, Palencia, Burgos, Segovia, y entrando a Madrid a través del puerto de Navafría.
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