El próximo año me he planteado el gran objetivo Londres-Edimburgo-Londres 2017. Será un año «randonneur» para los aficionados al ultrafondo españoles, porque vuelve la Madrid-Gijón-Madrid, la super-randonneur española que se celebra cada cuatro años. Hay muchas pruebas super-randonneurs en muchos países, principalmente europeas, que ofrecen alternativas a la París-Brest-París, sin duda la reina del ultrafondo y el espejo en que muchas de ellas se miran. Pero yo me planteo participar en la equivalente británica por una serie de razones.

En la París-Brest-París es imposible perderse. La gran afluencia de ciclistas y público por todas partes la hacen especial, por una parte, pero por otra le hacen perder una cierta componente aventurera. En  las pruebas menos concurridas, la orientación y la aventura cobran protagonismo, convirtiéndose en una experiencia menos dependiente de la capacidad física, y quizá con una mayor capacidad introspectiva. Esto fue lo que me enganchó en 2013, cuando tuve la suerte de participar en la LEL (Londres-Edimburgo-Londres 2013) por primera vez. La espléndida organización, la acogida de los británicos, el carácter de los participantes y muchas cosas más hicieron que fuera una aventura insuperable. Nada me haría más ilusión que poder repetir la experiencia. Para mí, 2016 es una temporada de transición, en la que tampoco podré entrenar mucho por otras razones, pero tengo el sueño de volver a tener esas sensaciones de randonneur en 2017. Me gustaría intentar la Madrid-Gijón-Madrid por primera vez en mi vida, pero si se da la conjunción astral oportuna, intentaré volver a Londres. Así lo viví hace tres años…

 

A diferencia de otras pruebas, en esta no es necesario rodar muchas horas de noche. Se dispone de un máximo de 116 horas para completar los 1400 kilómetros de recorrido, lo cual es un margen ligeramente más amplio que las 90 horas para 1230 kilómetros de las pruebas más conocidas. Pero más allá del promedio horario más flexible, lo que convierte a la Londres-Edimburgo-Londres en una prueba más flexible es la posibilidad de poder elegir el horario de salida a primera hora de la mañana. De esta manera, cada día se puede rodar durante un importante número de horas diurnas y acumular margen de tiempo para descansar en el siguiente control. En mi anterior participación distribuimos la prueba en etapas de algo menos de 300 kilómetros cada una, lo que nos dio margen suficiente para dormir 5 ó 6 horas al día. Esto es más que suficiente para alguien acostumbrado a realizar este tipo de pruebas ciclistas de fondo. Sin embargo, en las pruebas que tienen horario de salida vespertino, no es posible hacer una parada larga por la noche, lo que lleva en la práctica a tener que rodar más de 24 horas seguidas (con descansos para comer) antes del primer descanso importante.

No dejes de visitar la nueva web de la Londres Edimburgo Londres 2017, en la que el grupo de ciclistas del Pakefte hemos tenido el honor de colaborar, realizando su traducción al español:

https://es.londonedinburghlondon.com/

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