La Sierra de los Filabres ofrece un abanico impresionante de rutas y parajes ideales para los cicloturistas aventureros, generalmente con climatología agradable, recorridos de escaso tráfico y mucha tranquilidad.
Mi amigo Jaime Castillo fue una de las personas más determinantes en la fundación del Dessafío de la Sierra Sur de Jaén, cuando aquella idea que se me ocurrió en 2007 solo era un esbozo. Jaime me llamó y movió los primeros hilos para que su club, la Peña Ciclista Alcalaína, y el mío, Ciclocubín, unieran sus esfuerzos en un proyecto que terminó forjando una gran amistad, basada en la entrega desinteresada y generosa de muchas personas que buscaban un beneficio común para toda la comarca.
Hace poco más de dos meses intenté realizar la Super Randonèe Almería-Tíjola, una prueba diseñada sobre un recorrido de 600 km con más de 10000 metros de desnivel acumulado, cuyo plato fuerte era el bucle Calar Alto-Velefique. No pude completarla a falta de solo 80 kilómetros porque el mal tiempo y mi estado de salud me obligaron a abandonar en Calar Alto. Tenía esa espina clavada y, aprovechando el buen tiempo de estos días y que estaba pasando unos días de vacaciones en mi pueblo de Jaén, decidí acercarme a la Sierra de los Filabres para completar mi recorrido frustrado.
Por si acaso, le envié un mensaje al bueno de Jaime, pensando que no podría acompañarme por tener que trabajar, pero esta vez me sorprendió gratamente y se apuntó a mi aventura. Decidí madrugar y salir hacia Granada, donde lo recogí camino de Gérgal, el punto ideal para acometer la subida a los grandes colosos de Velefique y Calar Alto, aderezados con las subidas previas por Olula de Castro y Castro de Filabres. Para hacer el recorrido completo, añadimos la subida a la Tetica de Bacares, un cerro con antenas al que se llega por un camino de ida y vuelta desde el rellano que sigue al Alto de Velefique.
Con estos ingredientes cocinamos una jornada perfecta de cicloturismo, disfrutamos de un espléndido día soleado, a ratos bastante cálido y a ratos fresquito en las zonas de umbría. Dedicamos más de seis horas netas, alcanzando una velocidad media final de 17 km/h, bastante triste para los parámetros en que suele medirse Jaime, cuyo nivel es mucho más alto que el mío, pero más que aceptable para mí. Debido a mi bajo nivel de entrenamiento en estos últimos dos meses, llegué a sufrir un amago de calambre en la subida final a Calar Alto, pero solo fue un aviso que no pasó a mayores.
Una ruta más que recomendable para disfrutar una jornada completa de ciclismo. Y este fue el resultado del día en datos y vídeo:
Los datos en Strava:
Algunas fotos de la aventura:
Es un recorrido de los más bonitos que he hecho, te olvidas del mundo en esa zona. Feliz año, que la rueda nunca pare de girar.